¿Por qué no puedo concentrarme? Las 5 razones comunes

El trabajo debería haber terminado hace mucho tiempo, pero tus pensamientos aún están centrado en lo que hiciste durante el fin de semana. O tal vez estás soñando con tus próximas vacaciones. La mente es propensa a la distracción. Pero luego, el correo electrónico de un colega irrumpe en su ensoñación. Eso es todo lo que necesitas. La distracción es total.

Todo el mundo conoce esos lapsos de concentración. Pero a veces también hay fases más largas en las que simplemente no puedes concentrarte. La falta de concentración a menudo se remonta a la infancia. Los problemas de concentración son comunes y pueden tener muchas causas.

Falta de definición de concentración

¿Qué es la falta de concentración? La falta de concentración es una tendencia a dispersar los propios pensamientos e interferir con las tareas que uno está haciendo o, en los niños, con el aprendizaje.

Falta de concentración: principales síntomas

Falta de concentración y déficit de atención.

Un trastorno de concentración o atención ocurre cuando un niño o un adulto no puede concentrarse en una tarea. Para los niños, esto ocurre a menudo en la escuela, con problemas para seguir el curso o retener las lecciones.

La falta de concentración lleva a distraerse fácilmente con los estímulos, ya sean de origen interno o externo.

En general, se hace una distinción entre un trastorno de concentración y una falta de concentración. La diferencia es que la falta de concentración es solo temporal, mientras que la falta de concentración dura más tiempo o incluso es permanente.

Concentrarse en una tarea por un período de tiempo más largo o más corto corresponde a un pico de rendimiento mental para el cerebro, necesario para la productividad. La concentración requiere energía extra del cuerpo. Por lo tanto, es normal que la atención disminuya después de un cierto tiempo.

La cantidad de tiempo que uno puede concentrarse varía de persona a persona y también depende mucho de la edad. Por ejemplo, los niños en edad escolar primaria pierden la concentración después de un promedio de unos 15 minutos, mientras que los adolescentes pueden manejar unos 30 minutos de aprendizaje o escucha.

Para los adultos, el límite es de aproximadamente una hora. Así, si la atención disminuye después de un cierto tiempo, todavía no es un trastorno de concentración. Solo si la capacidad de concentración es significativamente inferior a los tiempos de referencia mencionados anteriormente, o si el estado de distracción se prolonga durante días y semanas, puede tratarse de un trastorno patológico de la concentración o de una falta de concentración duradera.

Síntomas de falta de concentración en niños

Los trastornos de concentración se identifican por olvidos, falta de atención y fatiga. Los niños se distraen con facilidad, olvidan rápidamente lo que acaban de hacer, comienzan muchas cosas a la vez y terminan pocas.

Por el contrario, pueden realizar la misma tarea dos veces porque no recuerdan haberla hecho antes.

Puedes comprobar fácilmente la tendencia de tu hijo a perder la concentración: habla con él sobre cualquier tema mientras dibuja o escribe y observa su comportamiento. Un niño que se concentra bien seguirá dibujando o escribiendo sin distraerse con la conversación.

Al pensar, los niños que no están enfocados rápidamente dejan que sus pensamientos se desvíen del tema presente a otros temas o “soñar despierto”. En lugar de pensar en el resultado del cálculo, piensan en un bonito recuerdo, una triste experiencia o una historia que se están inventando.

Esto contribuye a una limitación significativa en la calidad de su trabajo. La resiliencia de los niños también se reduce. Los afectados por el problema carecen de vitalidad y creatividad, y se sienten débiles, abrumados y apáticos.

Dependiendo de lo que haya detrás de los problemas de concentración, pueden aparecer otros signos de este trastorno. Pero los comportamientos que resultan del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son principalmente de dos tipos.

Así, el niño puede presentar una agitación motriz y chapotear en su trabajo a toda velocidad, o por el contrario, trabajar con calma pero con una lentitud extrema que se asemeja al letargo.

Las tareas relacionadas con la memoria pueden verse afectadas, ya que la falta de concentración dificulta la memorización; pero también existen problemas de aprendizaje como la disgrafía o la disortografía.

En la práctica: las causas de la falta de concentración

Los problemas de concentración pueden tener una amplia variedad de causas. En niños y adolescentes, por ejemplo, los programas de televisión largos y los juegos de ordenador que provocan un cansancio excesivo se encuentran entre los principales desencadenantes.

Generalmente, se identifica un estilo de vida poco saludable (falta de sueño, dieta desequilibrada, falta de líquidos, falta de ejercicio, estrés, alcohol, nicotina, drogadicción, etc.).

En los ancianos, la ralentización del metabolismo relacionada con la edad y el deterioro general de la circulación cerebral también pueden conducir a una concentración deficiente.

Posibles causas de los problemas de concentración en niños y adolescentes

  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  • La hipotensión (presión arterial baja)
  • Alergias
  • Glándula tiroides hipoactiva (hipotiroidismo)
  • Causas psicológicas: depresión, anorexia

Pero factores como las exigencias excesivas en la escuela (o, por el contrario, exigencias demasiado bajas, demasiado poco estimulantes), el miedo al fracaso, el estrés psicológico en la familia o las etapas difíciles del desarrollo (por ejemplo, la pubertad) también pueden estar asociados con problemas de concentración.

Posibles causas de los problemas de concentración en adultos

  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  • Demencias relacionadas con la edad: enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson
  • Depresión o enfermedad maníaco-depresiva
  • Desórdenes de ansiedad
  • La hipotensión (presión arterial baja)
  • Alergias
  • Menopausia
  • Hipotiroidismo (glándula tiroides hipoactiva)
  • LONGITUD DE CARRERA
  • Zumbido en los oídos (tinnitus)
  • Tumores cerebrales
  • Síndrome de burnout
  • Esquizofrenia
  • Enfermedades psicosomáticas
  • Deficiencia de hierro
  • Síndrome de apnea del sueño (somnolencia diurna, dificultad para concentrarse)

Recordar

Parece que las causas de la falta de concentración y los trastornos de atención pueden ser múltiples. Si algunos de ellos están relacionados con el cerebro y el pensamiento, otros tienen orígenes físicos que es importante determinar. Si la falta de concentración persiste y dificulta considerablemente la realización de las tareas diarias o impide el aprendizaje en la escuela, es importante consultar a un especialista.

Concéntrese en algunas causas comunes de la falta de concentración

Ahora nos gustaría volver a algunas de las causas de la falta de atención, ya que estas son las más comunes.

1 – Estrés y falta de atención

Ya sea en el trabajo, en casa o en la escuela, cuando nos apresuramos de una fecha límite a la siguiente, a menudo nos vemos atrapados en un círculo vicioso. Por lo general, solo pensamos en la siguiente tarea que tenemos entre manos y tenemos dificultad para enfocar nuestros pensamientos en el momento presente y aclarar metas.

Como resultado, nuestros cerebros están sobrecargados por muchos estímulos y ya no pueden procesar la información de manera organizada. Por lo tanto, el estrés puede conducir a problemas de concentración.

¿Qué hay detrás del concepto de estrés?

Cuando hablamos de estrés es porque sentimos que la vida y el día a día exigen mucho de nosotros. Esto no tiene por qué ser una circunstancia negativa. Muchas personas experimentan el estrés como agradable y anhelan la sensación de ser desafiados de muchas maneras. En este caso, se trata de estrés positivo (eustrés).

El estrés negativo, del que hablamos con más frecuencia, se produce cuando sentimos que no podemos hacer frente a una situación. Cuando esta situación se prolonga, supone un desgaste para el organismo y puede tener consecuencias físicas y psíquicas considerables, especialmente en nuestras capacidades mentales y nuestra concentración.

Lo que sucede en el cuerpo durante el estrés.

Nuestro corazón se acelera, nuestra respiración se acelera, nuestros músculos se tensan: bajo estrés, reaccionamos con un mecanismo que nos permite sobrevivir en situaciones difíciles. Nuestro cerebro libera hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas ponen en alerta el cuerpo y la mente. Estamos muy concentrados.

Este proceso de respuesta al estrés es positivo siempre que se pueda completar. Luego, las hormonas del estrés se descomponen nuevamente y el cuerpo libera endorfinas: estamos orgullosos de nuestro logro.

En el caso de estrés permanente, por otro lado, los estímulos y la información ya no pueden transmitirse debido al aumento permanente en el nivel de hormonas del estrés. Esto resulta en problemas con memoria y concentración.

Las hormonas del estrés también pueden bloquear la capacidad de recordar y pensar. Esto también puede ocurrir con la depresión o el agotamiento.

2 – Trastornos del sueño y falta de atención

La falta de concentración a veces está relacionada con la fatiga, que tiene un impacto negativo en el cerebro y la capacidad cerebral. La falta de sueño y la falta de concentración a menudo ocurren al mismo tiempo, durante los mismos períodos de la vida.

Las personas que duermen poco sufren de atención fluctuante durante el día. La explicación radica en el funcionamiento del cerebro, donde ciertas regiones controlan la atención. Estos son los más afectados por la falta de recuperación nocturna.

Hoy en día, las estadísticas muestran que uno de cada tres franceses en promedio sufre trastornos del sueño. El 10% sufre de insomnio severo. Es importante identificar las causas para encontrar una solución.

3 – Un estilo de vida poco saludable

En primer lugar, se trata de una alimentación inadecuada o deficiente. El cerebro necesita suficientes carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua para funcionar de manera óptima.

La ingesta irregular o insuficiente de carbohidratos, por ejemplo (en caso de anorexia), conduce a fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre. Esto puede conducir a una disminución en el rendimiento y una falta de concentración.

Una deficiencia de nutrientes esenciales como las vitaminas B, el hierro o el magnesio también puede provocar problemas de concentración.

Lo siguiente es la falta de ejercicio. En muchos casos, la falta de concentración se debe a la ausencia de actividad física regular. Cuando no se mueve lo suficiente, su cuerpo se ve privado de una excelente manera de mejorar y estimular la circulación sanguínea. El cerebro está menos provisto de oxígeno.

4 – Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad

Los niños, pero también los adultos, pueden sufrir un trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad. Este trastorno se asocia con problemas de concentración, entre otras cosas, porque ciertos circuitos reguladores del cerebro están interrumpidos, en particular los que controlan la atención.

6 – Hipotensión

Los problemas de concentración son síntomas típicos de la presión arterial baja, ya que se reduce el flujo de sangre al cerebro. La falta de rendimiento, la fatiga, las palpitaciones y las manos y los pies fríos también pueden indicar presión arterial baja.

Algunos consejos para evitar la falta de concentración

En muchos casos, usted mismo puede hacer algo por la falta de concentración. Los siguientes consejos generales pueden ayudar tanto a niños como a adultos. Al hacer estos ejercicios regularmente, puede aumentar su concentración.

1 – Asegurar una buena nutrición

Sigue una dieta equilibrada y variada para aportar a tu cerebro todos los nutrientes que necesita.

2 – Bebe lo suficiente

Beba unos dos litros de líquido al día. El agua, el agua mineral y el té (sin azúcar) son las mejores bebidas. Un cerebro "sediento" no puede funcionar de manera óptima, lo que resulta en una concentración deficiente.

3 – Toma descansos regulares

Asegúrese de que su cuerpo y mente puedan recuperarse de vez en cuando, especialmente si el estrés y el exceso de trabajo son posibles causas de falta de concentración. Por ejemplo, es una buena idea salir a caminar al aire libre con la mayor frecuencia posible.

4 – Sueño saludable

Asegúrese de dormir lo suficiente para eliminar o prevenir los problemas de concentración. Si es posible, mantenga una hora fija para acostarse y despertarse.

5 – Técnicas de relajación

Si estás muy estresado y agitado en tu día a día, y tienes problemas de sueño relacionados con el nerviosismo, los métodos de relajación como el entrenamiento autógeno, el yoga o la relajación muscular progresiva pueden ayudarte.

6 – Consumir medios con moderación

Limite el consumo de medios (TV, computadora, teléfono inteligente, etc.) y el sonido excesivo (estéreo, auriculares, etc.). Si el cerebro tiene que lidiar con demasiados estímulos externos, le resultará cada vez más difícil concentrarse.

7 – Masaje de oídos

Puedes aumentar tu concentración con un masaje en las orejas. Para ello, amasa enérgicamente los lóbulos con las yemas de los dedos durante un minuto.

8 – Ejercicios de respiración

Los estudios demostraron el efecto positivo de los ejercicios de respiración en la atención. El siguiente ejercicio, diseñado para mejorar la concentración y reducir el estrés, debe realizarse varias veces al día: siéntese derecho con los pies uno al lado del otro en el suelo. Coloque las manos sobre los muslos, cierre los ojos e inhale y exhale lenta y profundamente.

9 – Plantas medicinales

Extractos de raíz de ginseng o Bacopa monnieri a menudo se usan para tratar la fatiga y los problemas leves de concentración en la mediana edad y la vejez. También se dice que los extractos de ginkgo mejoran la circulación sanguínea cerebral, por lo que se recomiendan para problemas de concentración debidos a la enfermedad de Alzheimer o circulación sanguínea cerebral insuficiente.

10 – Aceites esenciales

Una lámpara aromática con unas gotas de aceites esenciales puede ayudarte a combatir los problemas de concentración. Por ejemplo, los aceites de lavanda, bergamota y romero son ideales. Sin embargo, ¡se recomienda precaución si eres propenso a las alergias!

11 – Remedios homeopáticos

La homeopatía conoce varios remedios para los problemas de concentración, por ejemplo Avena sativa D3 (bajo rendimiento y agotamiento), Kalium phosphoricum D6 (para el olvido) y Aethusa cynapium D6 (mala concentración).

Para Concluir

Esperamos que este artículo haya aclarado los principales aspectos relacionados con los problemas de concentración y falta de atención. Al conocer las causas, es más fácil tomar las medidas necesarias para recuperar las capacidades cognitivas normales.

Del mismo modo, si su hijo tiene problemas para concentrarse y tiene problemas para mantenerse al día en la escuela o aprender lecciones, puede aplicar algunas de las técnicas sugeridas.

¿Tienes problemas de concentración? ¿Cuales son las causas? ¿Sufres de estrés o incluso te quemas? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios a continuación.

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